El magisterio de la iglesia sobre las redes sociales

Hno. Jorge Enrique Mújica, LC

El concepto «red social» entró en el Magisterio de la Iglesia a partir de 2009. Fue en el Mensaje del Papa Emérito Benedicto XVI para la XLIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que ese año se celebró el 24 de mayo y que estuvo dedicado al tema Nuevas tecnologías, nuevas relaciones. Promover una cultura de respeto, de diálogo, de amistad.

Sobre medios de comunicación en general, las enseñanzas y valoraciones de la Iglesia son abundantes: desde el documento conciliar Inter Mirifica (1963), pasando por los mensajes anuales para las jornadas dedicadas precisamente a la comunicación social (el primero es de Pablo VI y data de 1967) hasta la Carta Apostólica de San Juan Pablo II, El rápido desarrollo de los medios de comunicación, del 24 de enero de 2005.

Internet en particular también ha merecido la atención del magisterio. Fruto de esa consideración son los documentos del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales: Ética en internet y La Iglesia e internet, ambos del 28 de febrero de 2002.

La reflexión en torno al mundo digital ha estado acompañado por el trabajo práctico en el portal institucional on line de la Santa Sede, nacido apenas unos meses después que la world wide web estuviera operando. Y a lo largo de todo este tiempo, también con el desarrollo ulterior y específico de las redes sociales, el empeño evangelizador de la Iglesia ha cobrado forma con proyectos precisos y oficiales en YouTube, Facebook, Blogger y Twitter.

Yendo al punto de la enseñanza de la Iglesia sobre redes sociales, ¿cuál es y en dónde se encuentra? ¿Qué subtemas ha tocado de un modo más incisivo?

El mensaje al que se aludió al comienzo fue el primero Benedicto XVI ofreció una primera aproximación-valoración sobre las también llamadas social network. En 2010 y 2011 volvió a tocar temas relacionados.

El mensaje de 2009 hace dos verificaciones: una en torno al uso y beneficios cuando dice: El fácil acceso a teléfonos móviles y computadoras, unido a la dimensión global y a la presencia capilar de Internet, han multiplicado los medios para enviar instantáneamente palabras e imágenes a grandes distancias y hasta los lugares más remotos del mundo. Esta posibilidad era impensable para las precedentes generaciones. Los jóvenes especialmente se han dado cuenta del enorme potencial de los nuevos medios para facilitar la conexión, la comunicación y la comprensión entre las personas y las comunidades, y los utilizan para estar en contacto con sus amigos, para encontrar nuevas amistades, para crear comunidades y redes, para buscar información y noticias, para compartir sus ideas y opiniones. De esta nueva cultura de comunicación se derivan muchos beneficios: las familias pueden permanecer en contacto aunque sus miembros estén muy lejos unos de otros; los estudiantes e

investigadores tienen acceso más fácil e inmediato a documentos, fuentes y descubrimientos científicos, y pueden así trabajar en equipo desde diversos lugares; además, la naturaleza interactiva de los nuevos medios facilita formas más dinámicas de aprendizaje y de comunicación que contribuyen al progreso social; y una segunda que podría llamarse antropología de las redes sociales pues parte de la popularidad que éstas tienen y la necesidad humana a la que responden: …su popularidad entre los usuarios, responde al deseo fundamental de las personas de entrar en relación unas con otras. Este anhelo de comunicación y amistad tiene su raíz en nuestra propia naturaleza humana y no puede comprenderse adecuadamente sólo como una respuesta a las innovaciones tecnológicas. El deseo de estar en contacto y el instinto de comunicación, que parecen darse por descontados en la cultura contemporánea, son en el fondo manifestaciones modernas de la tendencia fundamental y constante del ser humano a ir más allá de sí mismo para entrar en relación con los demás.

El concepto de amistad ha tenido un nuevo auge en el vocabulario de las redes sociales digitales que han surgido en los últimos años. Este concepto es una de las más nobles conquistas de la cultura humana. En nuestras amistades, y a través de ellas, crecemos y nos desarrollamos como seres humanos. Precisamente por eso, siempre se ha considerado la verdadera amistad como una de las riquezas más grandes que puede tener el ser humano. Por tanto, se ha de tener cuidado de no vanalizar el concepto y la experiencia de la amistad. Sería una pena que nuestro deseo de establecer y desarrollar las amistades on line fuera en deterioro de nuestra disponibilidad para la familia, los vecinos y quienes encontramos en nuestra realidad cotidiana, en el lugar de trabajo, en la escuela o en el tiempo libre. En efecto, cuando el deseo de conexión virtual se convierte en obsesivo, la consecuencia es que la persona se aísla, interrumpiendo su interacción social real. Esto termina por alterar también los ritmos de reposo, de silencio y de reflexión necesarios para un sano desarrollo humano.