Mensaje de Mons. Julio César Salcedo

Naucalpan de Juárez, Edo. de México (México), 7 de julio de 2017.

 

A la Familia Josefina,
Hermanas, Laicos y Misioneros Josefinos

La gracia de Jesús, María y José esté siempre con ustedes.

Estimados hermanos:

En la celebración de la Pureza de san José –7 de julio– fiesta entrañable y querida para el padre José María Vilaseca, nuestro Fundador, les envío un saludo con afecto de hermano. Como ustedes saben, el pasado 15 de junio, fiesta del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, el Santo Padre Francisco ha tenido a bien nombrarme Obispo de la Diócesis de Tlaxcala. Esta elección es una mirada de misericordia de nuestro Padre Dios hacia la Familia Josefina.

La fiesta de la Pureza de san José ilumina este acontecimiento. San José hace un discernimiento ante el misterio de la Encarnación: su corazón le decía que debía separarse de María, pues no se sentía llamado. No obstante, el Ángel le revela: “No temas recibir a María, tu esposa; en efecto, lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo, dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús”. Y añade el evangelio: “José hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió a su esposa”. Esta es la pureza de san José: acoger la voluntad de Dios.

Esta pureza hace referencia a las bienaventuranzas: “¡Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios!”. Algunos estudiosos traducen el término “felices” por la expresión “¡Adelante!”, “¡Ánimo!” a fin de expresar una convicción: gracias a esta pureza de corazón, se puede vivir una experiencia gozosa de salvación que abre a la comunión con Dios y dispone a estar con los otros, a hacer camino con los demás, a servirlos: ¡Adelante! ¿No fue ésta la experiencia de san José?

Hermanos, los invito a que, en esta fiesta de la Pureza de san José, ofrezcamos el servicio eclesial que se me pide, y en mí, a la Familia Josefina; así realizaremos la voluntad de Dios, como san José: “Hizo”; como María, “Hágase”; como Jesús, “’Hago’ lo que es del agrado de mi Padre”. Este ofrecimiento y esta disposición serán las que sustenten mi servicio pastoral, respaldado por la oración y apoyo de ustedes.

Tlaxcala es considerada “Cuna de la evangelización en México”, pues a ella llegó Hernán Cortés el 23 de septiembre de 1519; posteriormente fueron bautizados sus cuatro principales caciques. En 1525, el Papa Clemente VII erigió la Diócesis de Tlaxcala como la primera de lo que ahora es México; en 1543, la sede episcopal se trasladó a Puebla, pero continuó llamándose durante más de tres siglos “Diócesis de Tlaxcala”, hasta que en 1903, el Papa san Pío X la elevó con el nombre de “Arquidiócesis de Puebla de los Ángeles”. El 23 de mayo de 1959, el Papa san Juan XXIII reinstauró la Diócesis de Tlaxcala, asignándole el territorio del Estado del mismo nombre.

Como narran diversos historiadores, los tlaxcaltecas se convirtieron muy pronto en evangelizadores. Así, el 6 de junio de 1591 salieron de Tlaxcala 400 familias a poblar y evangelizar el norte y el sur de lo que ahora es México, llevando consigo su fe, su cultura y sus costumbres.

Fruto de esta evangelización son los primeros mártires de América, los adolescentes de Tlaxcala, Patronos de la Niñez Mexicana: Cristóbal (+ 1527), quien nació en Atlihuetzía hacia 1514; Antonio y Juan (+ 1529), quienes nacieron en Tizatlán, uno de los cuatro señoríos de la antigua república de Tlaxcala. Los tres adolescentes recibieron la evangelización en la primera Escuela Franciscana de Tlaxcala, de 1524 a 1528. El 6 de mayo de 1990, el Papa san Juan Pablo II los beatificó en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe; serán canonizados por el Papa Francisco en el Vaticano, el 15 de octubre de 2017.

Con la pureza de san José, como el p. Vilaseca y como la m. Cesarita, respaldado por la oración de la Familia Josefina, asumiré este servicio pastoral en sencillez, humildad y celo apostólico. Los espero, Dios mediante, el 30 de agosto del presente en Tlaxcala para la ordenación episcopal. Estemos unidos en la oración. ¡Adelante, siempre adelante, pues lo quiere san José!

En Jesús, María y José,
y en Vilaseca:

Julio C. Salcedo Aquino, m.j.

Obispo electo de Tlaxcala