CRISTÓBAL, ANTONIO Y JUAN, PROTOMÁRTIRES DE MÉXICO Y DE AMÉRICA: ACTUALIDAD DE SU MENSAJE

Estamos a unos cuantos días para que el Papa Francisco proclame santos mártires a Cristóbal, Antonio y Juan y se autorice su culto en toda la Iglesia católica. En el mensaje a la Diócesis de Tlaxcala, el día de mi ordenación episcopal, manifesté:

“La Diócesis recibirá el próximo 15 de octubre un don: reconocimiento de la santidad de tres de sus hijos, pequeños, frágiles en indefensos, pero con un corazón generoso, fuerte, audaz. El Espíritu Santo, con esta canonización, llama nuestra atención para que asumamos con mayor fuerza la identidad de la Iglesia: la evangelización.

Los Niños Mártires, Protomártires de América:

  • Fueron dicípulos misioneros de Jesús, que anunciaron, con su vida y con su palabra, la misericordia de Dios;
  • Son los más grandes hijos que ha tenido la Iglesia que peregrina en Tlaxcala y, por ser los mejores, recibieron el don más grandes que puede recibir un discípulo de Jesús: el martirio.
  • Interceden por nosotros y nos acompañan para que no desfallezcamos en el anuncio del Evangelio.

¡Qué hermoso signo nos da el Espíritu para llevar adelante la pastoral de la misericordia! La vida y la pastoral de la Diócesis tendrá un antes y un después de la canonización.

¡Gracias, Cristóbal, Antonio y Juan, por su fidelidad al Evangelio, por su amor a Tlaxcala, por su amor a la Iglesia, por su espíritu misionero, por su grandeza de fe, esperanza y amor en su aparente pequeñez!”

Acojamos, en actitud de agradecimiento, este don de la gracia a fin de que promueva frutos de santidad en nuestro pueblo. Dice, en efecto, el Concilio Vaticano II:

            “El martirio, en el que el discípulo se asemeja al Maestro, que aceptó libremente la muerte por la salvación del mundo, y se conforma a El en la fusión de su sangre, es estimado por la Iglesia como un don eximio y la suprema prueba de amor. Y, si es don concedido a pocos, sin embargo, todos deben estar prestos a confesar a Cristo delante de los hombres y a seguirle, por el camino de la cruz, en medio de las persecuciones que nunca faltan a la Iglesia” (LG 42).

En efecto, debemos estar dispuestos a confesar a Cristo ante el mundo; la santidad de los Niños Mártires ilumina esta misión, pues su vida y martirio tiene una actualidad para la Iglesia

-En la línea de la evangelización

Los Protomártires se comprometieron y murieron por la evangelización de los pueblos indígenas y la consolidación de las costumbres de vida cristiana a fin de construir una sociedad inspirada en la justicia y en la promoción humana.

-En consonancia con el Papa Francisco

Los Niños Mártires de Tlaxcala se colocan en perfecta consonancia con las principales líneas del Papa Francisco: la invitación a que la Iglesia salga de sí misma para encontrar a los demás; es la dinámica del éxodo y del don de salir de sí, del caminar y del sembrar continuamente, ir siempre más allá. Esta fue la actitud de los Niños Mártires que, aunque podían vivir la propia fe en la intimidad y en la seguridad de la familia, prefirieron manifestar abiertamente su fe, sirviendo como catequistas, misioneros y evangelizadores.

En la escuela de los misioneros, habían asumido con claridad y con corazón ardiente, su misión evangelizadora; no tenían miedo , sabiendo que debían

“salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos. Vivieron un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza difusiva” (EG 24).

-En la riqueza de la Iglesia

Cristóbal, Antonio y Juan son riqueza de Tlaxcala, de México y de la Iglesia universal, pues con su sacrificio regaron la tierra en la que se implantó el cristianismo: “… con la sangre de los bienaventurados niños Cristóbal, Antonio y Juan, consagraste la primera evangelización del Nuevo Mundo” (Oración colecta en la fiesta de los Mártires Tlaxcaltecas). Es una confirmación de lo que afirma el Papa Francisco respecto a la Juventud Mexicana:

<< Uno de los mayores tesoros de esta tierra mexicana tiene rostro joven, son sus jóvenes. Sí, son ustedes la riqueza de esta tierra. ¡Atención! No dije la esperanza de la tierra, dije: “Su riqueza” >> (Francisco, Encuentro con los jóvenes, 17-II-2017).

En la pastoral Juvenil

El Papa Francisco ha exhortado a los jóvenes a no dejarse robar la esperanza, a no acomodarse en el “silló-felicidad” que lleva a la soledad y a la apatía, sino a “salir” para compartir el amor y la misericordia con todos, manifestando compromiso, confianza, acogida, compasión y capacidad de realizar grandes sueños.

Son numerosos los desafío que deben enfrentar los jóvenes: secularización, educación, confianza en el sistema socio-económico y en la política, desintegración familiar, relativismo moral. Ante esto, la Iglesia responde yendo al encuentro de los jóvenes en sus espacios y ambientes naturales: en la escuela, en la parroquia, animando al servicio y ayudándoles a formar familias estables, que sean el fruto de matrimonios basados en principios sanos.

De alguna forma, los Niños Mártires de Tlaxcala ofrecieron su vida por estas razones. Así los jóvenes, al ver a estos Niños, podrán encontrar motivaciones para ofrecer generosas energías evangélicas en la familia, en la escuela y en la sociedad.

Los Niños Mártires son un modelo extraordinario de aliento y apoyo para todos los jóvenes de México y América Latina, que buscan un sentido a la propia vida.

Cristóbal, Antonio y Juan intercederán por los procesos evangelizadores de nuestra Diócesis de Tlaxcala y de toda la Iglesia.

 

 

+Julio C. Salcedo A. m.j.

IV Obispo de Tlaxcala

Septiembre de 2017