CELEBRAR LA SEMANA SANTA 2019

Pbro. Lic. Juan Gabriel Pérez Muñoz

La Semana Santa es el momento litúrgico más importante de todo el año. Sin embargo, para muchos de nosotros se ha convertido sólo en una ocasión de vacación y diversión. Nos olvidamos de conocer, celebrar y vivir los Misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

ES IMPORTANTE UNA PREPARACIÓN (Una catequesis)

Una verdadera Celebración de la Semana Santa, exige una formación (una catequesis), una preparación  para no llegar a las Celebraciones como extraños, mudos y meros espectadores. Se debe conocer el sentido de cada una de las Celebraciones, para lograr una verdadera participación no solo externa sino interna, encaminada verdaderamente a encontrarse con Dios.

La riqueza de los Misterios que se celebran en estos días, con sus ritos, con sus cantos peculiares, exigen explicaciones, ensayos, “preparación”. Difícilmente podrá esperarse una celebración fructuosa de la Semana Santa sin una cuidada preparación y meditación de sus textos y un conocimiento de sus Ritos (gestos, símbolos).

Para lograr una verdadera Celebración es necesario que todos los que participamos (Celebrante, Equipo Litúrgico, Coro, Mayordomías, Asamblea), sepamos exactamente de antemano cómo y en qué momento se ha de realizar cada rito a fin de que puedan hacerlo todo con naturalidad, sin vacilaciones y con el espíritu atento a lo invisible, a lo que Cristo hace por obra del Espíritu Santo, que ciertamente es más importante que lo que hacemos nosotros en los Ritos de la Liturgia. Así los que presiden deben tener previamente preparada la Celebración; los fieles deben conocer los cantos principales, el saber previamente el porqué de determinados gestos. Todo ello exige una preparación previa.

El objetivo es lograr que los fieles de nuestras Parroquias puedan participar más devotamente y con mayor fruto en la Liturgia. Buscar una instrucción no solamente en el aspecto ritual, sino en su significado litúrgico y en su fin pastoral, dejándose guiar por el verdadero Espíritu de Dios, más que por tradiciones de nuestros pueblos.

JERARQUÍA DE LAS DIVERSAS CELEBRACIONES

Hay un problema grande respecto a la Celebración de la Semana Santa, teóricamente nadie niega que la Vigilia Pascual sea la celebración más importante del año. Y que es el eje medular del Año Litúrgico. Pero en la práctica no es así. Y no lo es por múltiples y variados motivos. Ante todo por las tradiciones de nuestros pueblos, que dan más importancia al Jueves y Viernes Santo, que a la Vigilia de Pascual del Sábado.

Por ejemplo, el Jueves la mayor parte de fieles prefieren la visita de las siete casas, que ir a la celebración de litúrgica de la Última Cena. El día Viernes hay más asistencia al Vía Crucis y a las Siete Palabras, que a la celebración litúrgica de los Santos Oficios. El Sábado Santo se ocupa para irse de día de campo, o a un balneario y en la Vigilia Pascual sólo participan las pequeñas minorías, el pequeño grupo de piadosos incondicionales que se apuntan a todo, hay pocas personas en la celebración. Aún los fieles seguimos refugiándonos en las devociones populares y hacemos a un lado las acciones litúrgicas, son muy pocos los que buscan acercarse a los Sacramentos.

¿QUÉ ES LA SEMANA SANTA?

Es la Conmemoración Anual de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Da comienzo el Domingo de Ramos y finaliza el Domingo de Resurrección. La fecha de la Celebración de la Semana Santa es variable, depende del Calendario Lunar, la Pascua de Resurrección es el Domingo inmediatamente posterior a la primera luna llena tras el equinoccio de marzo, por ello puede ocurrir no antes del 22 de marzo y no después del 25 de abril.

DOMINGO DE RAMOS

Esta Celebración debe prepararnos para entrar a la Celebración del Triduo pascual. La Liturgia de este día está constituida por la unión de dos Ritos: a) la bendición y procesión de las palmas (Elementos Triunfales y Gloriosos); y b) la celebración solemne de la Pasión de Cristo (Elementos Dolorosos). En este día, la Iglesia recuerda la entrada de Cristo, en Jerusalén para consumar su Misterio Pascual. Comenzamos por hosannas y agitación jubilosa de palmas y terminamos en actitud silenciosa. ¿Por qué existe esta dinámica celebrativa Triunfo-Dolor? La respuesta es porque se han unido dos Tradiciones Litúrgicas distintas, una precedente de Jerusalén  y la otra de la Antigua Roma Cristiana. En Jerusalén la comunidad cristiana se centraba, ya a finales del siglo IV, en la conmemoración de la entrada mesiánica de Jesús en la Ciudad Santa. En cambio la liturgia de Roma desde el siglo V concibe de forma muy distinta la celebración, es el Domingo de Pasión. Es el Domingo en el que se lee la Pasión del Señor, en el que se predica el dolor de Cristo inseparable por supuesto del Misterio Pascual. Es así como se ha formado nuestra Liturgia actual de este día. 

JUEVES SANTO

EUCARISTÍA DE LA CENA DEL SEÑOR

El Triduo Pascual de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor comienza con la Eucaristía Vespertina de la Cena del Señor. Esta Eucaristía debe celebrarse por la tarde, a la hora más oportuna, no antes de las cinco de la tarde ni después de las ocho.

El Lavatorio de los Pies, del que hay testimonios desde mediados del siglo V en Jerusalén, no era un Rito exclusivamente litúrgico, sino que era practicado, especialmente en los Monasterios, con los huéspedes y los peregrinos. Probablemente entró en la Liturgia Romana atraído por la lectura evangélica de Jn 13,1-15 que se encuentra en los Evangeliarios Romanos del siglo VIII en el Jueves Santo. El Rito del Mandato del Amor entró en la Eucaristía de la Cena del Señor en la Reforma de la Semana Santa de 1955. La Liturgia del Jueves Santo por la tarde es la puerta que nos introduce, mediante la Palabra y los Sacramentos, en el misterio de la entrega voluntaria de Jesús a la muerte por nuestra salvación. Toda la atención debe centrarse en la Institución de la Eucaristía, la Institución del Orden Sacerdotal y el Mandamiento del Señor sobre el Amor.

VIERNES SANTO

LA PASIÓN DEL SEÑOR

La comunidad cristiana proclama la Pasión del Señor y adora su Cruz como el primer acto de este Misterio. Aunque este día está centrado en la Cruz del Señor, no es correcto quedarse sólo en el aspecto de la muerte, sino está acompañado de la esperanza cierta de la Resurrección. El color litúrgico de este día es rojo (no morado) porque no estamos celebrando unas exequias ni guardando luto. Cristo, como Sumo Sacerdote, en nombre de toda la humanidad, se ha entregado voluntariamente a la muerte. Hay ausencia de Celebraciones Sacramentales. La comunidad ora, celebra la Pasión y la Cruz. No hay flores ni campanas. Se debe celebrar este Rito alrededor de las tres de la tarde, a no ser que por razón pastoral se elija una hora más avanzada. Actualmente la Liturgia de este día consta de tres partes: Liturgia de la Palabra, Adoración de la Cruz y Sagrada Comunión.

SÁBADO SANTO

El Misal Romano se concreta a decir que la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su Pasión y Muerte y se abstiene del Sacrificio de la Eucaristía, quedando por ello desnudo el altar hasta la Vigilia Pascual. En este día debe haber una especie de vacío, como cuando muere un ser querido.

VIGILIA PASCUAL

Es la Celebración más importante del año. Toda su Celebración se hace en la noche, de modo que no debe comenzar antes del principio de la noche del sábado, ni terminar después del alba del domingo. El color litúrgico de esta celebración es blanco. Exige un esfuerzo para acentuar el riquísimo sentido que tiene esta Noche. Hay que subrayar los aspectos principales, no los folklóricos. La actual estructura de la Celebración aparece equilibrada y simple; de fácil comprensión. La Reforma Conciliar ha favorecido una más plena participación de los fieles. La Liturgia de este día consta de cuatro partes:

  1. El Lucernario: Esta primera parte debe gozar de una discreción, de forma que esta Celebración de la luz no se le conceda demasiado énfasis. El Pregón junto con el Rito del Fuego y del Cirio, es el Rito de Entrada de la Celebración.
  2. Las Lecturas: Hay que resaltar que por primera vez, forman todas ellas un conjunto unitario, constituyendo una solemne y prolongada Liturgia de la Palabra.
  3. La Liturgia Bautismal: Son muy importantes las Moniciones Introductorias, colocadas en los momentos más importantes, que ayudan a una participación más consciente.
  4. Banquete Eucarístico: Aparece como el coronamiento de toda la Celebración.

CONCLUSIÓN

Para una mejor vivencia de las Celebraciones en esta Semana Santa, para que no se hagan estas celebraciones largas e insufribles, se sugiere explicar el significado de los gestos,  no realizar los gestos de manera rutinaria y mecánica, hacer que la Palabra sea proclamada de manera adecuada, hacer que la comunidad participe cantando y respondiendo a las aclamaciones y preparando las moniciones con tiempo. Es difícil explicar en pocas palabras el gran contenido de cada una de las Celebraciones de la Semana Santa, pero espero pueda ayudarles en algo esta breve explicación.