Día de la madre

Pbro. Lic. Feliciano Lara Eliosa

Es una celebración en honor a las madres, a los lazos maternos y su influencia en la sociedad. Ser madre es una elección personal, que cada mujer puede tomar cuando cree que es el momento. No importa que seas joven o que te encuentres en ese momento de equilibrio personal y profesional donde, por fin, te dices a ti misma y a tu pareja, que deseas dar el paso.

Ser madre te cambia la vida. Se establece otro orden de prioridades, el mundo se observa desde otra perspectiva e, incluso, también varía el modo en que te ves a ti misma. Nada puede ser tan grande y, aunque eres muy consciente de tu responsabilidad, es algo que vives con emoción y plenitud. Suele decirse muy a menudo que ser madre es como tener el corazón fuera del cuerpo. No obstante, también cabe señalar el papel de los padres, ese compañero que te ayuda y que enriquece tu vida, el cual, también es básico en la vida de los hijos. La maternidad dota a la mujer de una sabiduría innata, donde el cuidado y ese vínculo mágico con su niño son algo que va creciendo, día tras día.

El gran aporte de ser madre no es fácil. Requiere una dedicación de 24 horas al día durante 12 meses del año y, durante una vida entera. Sin embargo, es una obligación que no pesa y que, a su vez, enriquece. Porque cada día aprendes cosas nuevas con tus hijos, la mirada de un niño es siempre una ventana a nuestra alma, a esa esencia más pura donde conseguimos relativizar muchas cosas. No dudes en seguir tus instintos, tus intuiciones, porque tu corazón siempre te guiará por el mejor camino para educar personas felices.

Las madres son un tesoro que cada quien tiene en casa. Las madres son un ser que, lastimeramente, se comienza a valorar cuando ya no están. Se trata de aprender a valorar el privilegio de tenerlas consigo.

Una madre que ve crecer y desarrollar a sus hijos es un hecho que pocas veces se valora como es debido. ¿Cuántas jornadas de trabajo no reconocido desarrolla una madre para ver crecer sus hijos? ¿Cuántas veces ha tenido que madrugar para preparar la ropa limpia de la escuela, el desayuno nutritivo y humeante en la mesa, teniendo encima el peso emocional y muchas veces económico, del hogar?

Las madres, son la representación en la tierra del infinito amor de Dios. Tal cual son, amantes, tranquilas, serviciales. ¡Cómo olvidarlas un solo instante! No es el Día de las madres que impone la sociedad lo que nos hace llegar hoy para que sientas cuán fructífera fue la siembra. Frente a una madre no se puede tener simple agradecimiento. Ella no hizo un favor empresarial cuando hizo lo que realizó para levantar esta familia. El amor de una madre no se puede definir así por así. Mi consejo es que cada hijo ame a su madre todos los días y se lo exprese cada día.

La madre de todas las virtudes es ser madre, sin lugar a dudas, la mujer ha sido quien desde origen recibió la más grande bendición de nuestro Creador. Pues a ella le dio por objetivo ser la ayuda idónea para el hombre. Pues concebía Dios que el hombre no debía de estar solo y a ella le dio la gracia de gestar la vida en su vientre: “Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla” (Gn. 1, 28) retumbarían sus palabras en el universo el día de su creación. 

A ella le dio la bendición de sentir las primeras señales de vida en su ser, del o los bebés que vendrían a desbordar su dicha al oír el primer llanto a su llegada a este mundo, y ya nada volvería a ser igual que antes, pues las alegrías estarán mezcladas de sobresaltos y sinsabores. 

A partir de su primer alumbramiento la mujer se estimula para convertirse en multifacética pues aparte de alimentar y asear, tendrá que hacerla de ángel de la guarda, de cómica, de maestra, enfermera, psicóloga, abogada, de amiga y en muchas de las veces de padre, con tal de ayudar a crecer y a formar a ese fruto de su amor y compartir con ellos sus triunfos o derrotas. 

Aun cuando las mujeres no pudieran ser madres biológicamente, ellas también han saboreado la dicha de ser madres adoptivas pues su instinto maternal natural está siempre a flor de piel. La mujer receptora de la inspiración de amor, por siempre gozará de la grandeza de ser madre, sea biológica o adoptiva. 

A todas las madres del mundo les deseamos desde estas humildes líneas, que Dios las llene de bendiciones. Muchas felicidades en su día. “gracias mamá, recibe todo nuestro agradecimiento”.