Pastoral Social

En el Evangelio encontramos la revelación que Jesucristo, el Hijo del Hombre, nos hace del auténtico rostro de Dios Padre y del sentido nuestra humanidad. Él es la respuesta total, sobreabundante y satisfactoria a las preguntas humanas sobre la verdad, el sentido de la vida y de la realidad, felicidad, justicia y la belleza “Jesucristo nos ofrece así, los criterios fundamentales para obtener una visión integral del hombre”.

El acontecimiento de la Encarnación nos revela el modo como estamos llamados cumplir esta misión: encarnándonos las distintas realidades donde vivimos, asumiendo la cultura, con todo lo que ella implica, y ofreciendo desde dentro de la misma valores del Evangelio que anunciamos.

El llamado concreto que Jesucristo nos hace es a convertimos en Iglesia  pobre, que privilegie como Jesús los medios pobres, y que con los pobres pueda hacer el camino de la construcción del México nuevo que deseamos “¡Ah, cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!”

Así nos lo ha recordado el Santo Padre Francisco, en una de sus alocuciones, explicando por qué había escogido el nombre del santo de Asis”… y me dijo: ‘no te olvides de los pobres”. Y esta palabra ha entrado aquí: los pobres, los pobres. De inmediato, en relación con los pobres, he pensado en Francisco de Asís. Después he pensado en las guerras, mientras proseguía el escrutinio hasta terminar todos los votos. Y Francisco es e hombre de la paz. Y así, el nombre ha entrado en mi corazón: Francisco de Asis. Para mí es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia la creación; en este momento, también nosotros mantenemos con la creación una relación no tan buena, ¿no? Es el hombre que nos da este espíritu de paz, el hombre pobre…”.

A este respecto, S.S. Benedicto XVI dijo “Los pastores de la Iglesia en México han de prestar una especial atención, como se hacía en las primeras comunidades cristianas, a los grupos más desprotegidos y a los pobres. Ellos siguen siendo un amplio sector de la población nacional, víctimas a veces de estructuras insuficientes e inaceptables. Desde el Evangelio, la respuesta adecuada es promover la solidaridad y la paz, que hagan realmente posible la justicia. Por eso la Iglesia trata de colaborar eficazmente para erradicar cualquier forma de marginación, orientando a los cristianos a practicar la justicia y el amor.

La Iglesia está “casa” cuando comparte la vida para anunciar libertad a los que se encuentran privados ella; cuando atreve entrar en contacto con los grupos más vulnerados por le sistema: los drogadictos, las prostitutas, niños de calle.”

Si nada nos exime compromiso histórico, la acción Iglesia implicará un continuo llamado la conversión y a la trasformación de los corazones y de las estructuras mediante el encuentro con Jesucristo vivo.

Al interior de la misma comunidad eclesial este llamado invita revisar nuestras actitudes y, las estructuras que, no siendo de Institución divina sino humana, nos permiten ser signo creíble de la vida nueva que en Jesús hemos recibido.

Dimensiones de la Pastoral Social

  • CARITAS
  • Pastoral de la salud
  • Pastoral penitenciaria
  • Pastoral de Movilidad Humana
  • Derechos Humanos
  • Pastoral militar
  • Pastoral de la Divina Misericordia
  • Ecología