Pbro. Lic. Enrique RUIZ DELGADO
Tenemos 58 años como Diócesis de Tlaxcala, la cual fue erigida nuevamente por su Santidad el Beato Juan XXIII el 23 de mayo de 1959 por la Bula “Christanorum Gregem” (A la Grey Cristiana), siendo ejecutada el 11 de noviembre del mismo año.
Durante estos 57 años hemos caminado bajo la acción pastoral de 3 Señores Obispos, a continuación escribiré a grandes rasgos la vida y obra de cada uno de ellos.
1. Don Luis Munive Escobar I Obispo de Tlaxcala
Le correspondió estructurar e iniciar el caminar de la Diócesis, fue un Obispo de mucha enjundia, que pensaba y actuaba en grande. Lo primero que pensó fue tener su propio Seminario, el cual encomendó al patrocinio de Nuestra Señora de Ocotlán. Se dio a la tarea de construir el edificio y al mismo tiempo de ir preparando a sus formadores enviándolos a algunas Universidades de Roma, así lo hizo con Mons. Luis Hernández Pérez, el Padre Fortunato Berruecos Muñoz y Mons. Epitacio Ángel Cano Cano, primeros sacerdotes que abrieron camino para que posteriormente otros lo pudieran hacer hasta el día de hoy. Cuando se le preguntaba al Sr. Obispo ¿por qué un Seminario tan grande para una Diócesis tan pequeña? él respondio “es que no pienso sólo en mi Diócesis, sino en la Iglesia Universal y creo que la Diócesis de Tlaxcala, en unos cuantos años estará dando sacerdotes a Diócesis más necesitadas” sueño que desafortunadamente no se le cumplió, aunque sí prestó a algunos de sus sacerdotes a otros lugares como Chiapas, Guatemala y Estados Unidos.
Monseñor Munive, participó en las cuatro etapas del Concilio Vaticano II, hablaba con mucho entusiasmo de su celebración y de los frutos que se esperaban para toda la Iglesia, se preocupó de que la Diócesis lo conociera y que fuera aplicando sus Decretos y Constituciones, comenzando por el clero a quien urgía su estudio y reflexión
Él quería que desde el inicio Tlaxcala fuera una Diócesis con mucha vida y mucho movimiento espiritual, organizó varios eventos nacionales, Congresos, Encuentros de Movimientos Apostólicos, Asambleas de Acción Católica y del Episcopado; quería que Tlaxcala fuera fuerte en la fe, por lo que inició e impulsó la causa de canonización de los Beatos Mártires Tlaxcaltecas: Cristóbal, Antonio y Juan.
También fue un Obispo con visión social, quiso promover a las comunidades más pobres con diversas acciones como: huertos familiares, lotes de animales domésticos para una mejor alimentación de los necesitados, cursos de preparación para el buen uso de las tierras de labor, alfabetización con un método exprés de su invención, etc.
2. Don Jacinto Guerrero Torres, II Obispo de Tlaxcala
Oriundo de Arandas, Jalisco; hombre sencillo y bondadoso fue nombrado Obispo Coadjutor –con sede plena- el 26 de noviembre de 1990 por su Santidad Beato Juan Pablo II y consagrado por el mismo Sumo Pontífice el 6 de enero de 1991 en la Basílica de San Pedro en Roma. Después de ocho años como Obispo Coadjutor, ante la imposibilidad de que el Señor Obispo Luis Munive recuperara la salud, el Santo Padre lo nombró Obispo titular de Tlaxcala.
Se preocupó por dar una estructuración más sólida a la pastoral diocesana promoviendo su organización mediante Asambleas Diocesanas y buscando el asesoramiento de sacerdotes especialistas en pastoral, para lo cual dio la orden de levantar un censo en la Diócesis que nos ayudara a conocer nuestra realidad poblacional, socioeconómica y religiosa como base para la elaboración de un Plan Diocesano de Pastoral por cuatro años, terminados los cuales se vino la celebración del II milenio de la Redención para lo cual empleamos 3 años de preparación y, una vez pasada esta celebración se volvió a tomar la organización de nuestra pastoral en un II Plan Diocesano de Pastoral; empezábamos los trabajos de un tercer Plan cuando cayó enfermo para no levantarse más.
Se preocupó de formar Agentes de Pastoral Laicos, para lo cual tuvo la feliz idea de construir en terrenos del Seminario, la Casas Fray Julián Garcés pensando en que así como había un Seminario para la formación de sacerdotes, también debería existir una casa para la formación de Agentes Laicos de toda la Diócesis y que estuvieran cerca una de la otra. Su labor fue discreta pero sustancial, que vino a fortalecer la vida de nuestra Diócesis. Dios lo llamo a la morada eterna el 26 de diciembre de 2006.
3. Don Francisco Moreno Barrón, III Obispo de Tlaxcala
Después de año y medio sin obispo, el 28 de marzo de 2008 el Papa Benedicto XVI nombró como Obispo de Tlaxcala a Don Francisco Moreno Barrón, hasta entonces Obispo Auxiliar de Morelia, quien tomó posesión de la Diócesis el 28 de mayo de 2008.
Desde su saludo inicial en la toma de posesión delineó las características de su actividad pastoral: Una sincera y profunda conversión, desde el Obispo, los Sacerdotes, Religiosos, Religiosas y Laicos, para vivir la unidad en el amor, “Que todos sean uno” es como reza el lema de su escudo episcopal. Ofreció una restructuración a fondo de la Diócesis para hacer de ella la Diócesis más hermosa del mundo así como ser el Buen Pastor que viene a evangelizar, santificar y guiar a esta porción de la Iglesia de Jesucristo.
Inmediatamente se dio a la tarea de iniciar su labor pastoral en una reunión de encuentro con el Presbiterio de la Diócesis en la que propuso a los Sacerdotes: ser Obispo y hermano dispuesto a escuchar y ayudar ante la realidad personal para responder con lealtad a la vocación recibida del Señor, invitó a reestrenar el sacerdocio personal, brindó confianza y pidió sinceridad y apertura para superar cualquier situación, por difícil que fuera y que estuviera impidiendo la santidad. Realizó también un encuentro con las Comunidades religiosas presentes en la Diócesis, tanto de hombres, como de mujeres y después un primer encuentro por Decanatos con la participación de los Equipos de Pastoral de cada Parroquia. Este fue el inicio que dejaba ver la calidad de Pastor que nos había llegado. Sin perder tiempo, con el material recogido en estos encuentros, comenzó lo que había ofrecido: la restructuración y reordenación de la Diócesis, para una mejor pastoral de misión en lugar de una pastoral de conservación acorde con las propuestas de la V Asamblea del Episcopado Latinoamericano celebrada en Aparecida, Brasil.
Los más de 50 Años de vida de la Diócesis, han sido una gran motivación para la labor pastoral, las personas pasan pero sus obras y huella se quedan, demos gracias a Dios por los pastores que nos ha concedido.
Y que nuestro paso por este mundo sea para construir en nuestra sociedad un edificio sólido de virtudes y buenas obras.