Por: Moisés Islas Hernández
“La ciudad de Tlaxcala está de fiesta al recibir por sus calles a la Bienaventurada Virgen María en la advocación de Nuestra señora de Ocotlán” palabras que el Excmo. Sr. Obispo Don Francisco Moreno expresó en su homilía durante la Eucaristía que se celebró con motivo del 469 aniversario de las apariciones de la Virgen de Ocotlán.
La antesala de esta solemnidad estuvo marcada por una velada juvenil llena de alegría, dinámicas, bailes, cantos, momento de oración y un prolongado tiempo para la reflexión en grupos. La velada juvenil se celebro en la casa de ejercicios de Ocotlán, adjunta a la magna Basílica de Ocotlán. A este evento llegaron jóvenes de diferentes parroquias con el propósito de tener un espacio de reflexión y acompañar en una parte del recorrido a la Madre de Dios.
La “Bajada de la Virgen” se celebra el tercer lunes de mayo, en esta ocasión se realizó el día 17 de mayo. El recorrido dio inicio a las 2:00 am con miles de feligreses, encabezados por su párroco el Pbro. Manuel Zamora que se notaba jubiloso por llevar a “la madre de todos a visitar a sus hijos en su ciudad tlaxcalteca”.
La imagen bajo a la ciudad de Tlaxcala, después de una hora de procesión, la primera visita se dio en la capilla de la Santísima Trinidad donde permaneció por unos minutos para descansar y, después continuar su recorrido.
El centro comercial Bodega Aurrera fue testigo de la primera Celebración eucarística que se dio alrededor de las 4:00 am y fue presidida por el Pbro. Manuel Zamora (párroco de Ocotlán), cuya idea central fue presentar a “La Virgen María como signo de esperanza”, debido a los problemas que enfrenta la Iglesia universal manifestó: “todos debemos imitar a María que obedeciendo la voluntad de Dios hizo lo correcto, tal obediencia no era fácil para ella y tampoco para nosotros, pero debemos permanecer fieles a la voluntad de Dios”.
Inmediatamente la imagen se dirigió al mercado municipal Emilio Sánchez Piedras, donde la esperaban los trabajadores de ese mercado, allí se ofreció la Eucaristía por los comerciantes, el celebrante fue el Pbro. Francisco Herrera (vicario parroquial de Ocotlán) motivando a quienes laboran en ese centro de trabajo, les explicó que “María es ejemplo de trabajo y servicio, el trabajo es grato a los ojos de Dios cuando es honesto y busca el bien de los demás”.
La Virgen partió hacia el templo de San José, donde era esperada por sacerdotes que se llenaron de alegría al ver llegar a la imagen. Fue turno del Pbro. Pablo Cuateconzi Flores para celebrar la Eucaristía y concelebrar con el Pbro. Feliciano Lara (párroco de San José), Pbro. Ángel Tecocoatzi y Pbro. Paulino Many (ambos vicarios parroquiales de San José), Mons. Luis Hernández (de la capellanía de San Nicolás), Pbro. Germán (párroco de Santa María de Guadalupe, Ixcotla), Pbro. Guillermo Hernández (de la cuasiparroquia de san Bartolomé Cuahuixmatla), el Pbro. Gerardo Galan y el Pbro. Rojas (párroco de Panotla)
La imagen de la Santísima Virgen de Ocotlán también visitó el templo de Jesús del rio, donde el Pbro. Guadalupe le dio la bienvenida a la Virgen, y enseguida partió del templo para llegar al Hospital General de Tlaxcala donde se ofreció una Eucaristía, presidida por el Pbro. Sergio Pérez (vicario de pastoral y párroco de San Miguel del Milagro) que enfatizó el papel de “María como consoladora de los afligidos y salud de los enfermos”
Inmediatamente la Virgen se dirigió hacia la central camionera del estado, allí celebro una Misa el Pbro. Teófilo Gutiérrez (párroco de la Loma Xicotencatl) y ofreció una homilía para todos los transportistas y personal administrativo a quienes invitó a seguir el ejemplo de la Virgen María. Enfatizó la importancia de su trabajo como transportistas y conductores de transporte público, labor que siempre deben realizar con respeto y dignidad.
Alrededor de las 11:15 hrs. la Virgen llegó a la Catedral de Tlaxcala, fue un momento donde se hizo presente el seminario diocesano, presidiendo la Celebración Eucarística el rector de dicha institución (Pbro. Raymundo Muñoz Paredes). En su mensaje explicó que la Virgen María de Ocotlán es símbolo de nuestra cultura, de nuestra historia, pero que también es símbolo de la esperanza.
Al concluir la Celebración en la Santa Iglesia Catedral se continuó con la procesión por el zócalo capitalino. Aquí se detuvo la imagen y el Pbro. Virgilio Villada hizo una oración especial por las autoridades municipales y estatales, pidiéndole al Señor que puedan conducir al pueblo tlaxcalteca por senderos de progreso y educación.
Continuó el recorrido pasando por la rectoría de San Nicolás de Tolentino, se tomó un descanso en el lugar llamado “El Pocito” donde la historia narra que ahí brotó el agua que sanó a los enfermos de lepra. En este lugar se llevó a cabo otra Celebración Eucarística, posteriormente se continuó el recorrido por la calzada de los misterios para llegar al majestuoso atrio de la Basílica de Ocotlán, donde se reunieron aproximadamente unos 5 mil fieles presidiendo la Celebración Eucarística el Excmo. Sr. Obispo Don Francisco Moreno Barrón. Las palabras que expresó en el inicio fueron: “La Madre de Dios, y nuestra Madre, regresa a su casita, vuelve a su hogar”. En esta frase se demuestra que verdaderamente la Virgen María visitó a sus hijos de Tlaxcala y que ella no es solo la Madre de Dios, sino que es también Nuestra Madre.
Gracias Madre Nuestra por visitar una vez más nuestros hogares, por venir a saludarnos.