Por Juan Carlos Cruz Martín
Estamos terminando el mes de mayo, y con éste el mes dedicado a la Santísima Virgen María. Durante este mes, fuimos invitados a llevar “flores a María”, con el rezo del rosario, con jaculatorias, etc. Pusimos un poco más de atención del lugar que ocupa el misterio mariano en la obra de la salvación. Si, miramos fijamente a María.
El riesgo que corremos es que hayamos mirado a María sin que marcará nuestra vida, así, llevamos “flores a María” pero sin aroma, o marchitas, como lo describe San Juan Bosco en alguno de sus sueños, las flores así, son porque son apariencia ¿Cuántas personas, fieles, bautizados, catequizados fueron obligados a rezar el Rosario en estos días? Probablemente a muchas, no afirmo que esas obras de piedad sean estériles, digo que fueron hechas de manera imperfecta. Así, el termino del “mes de María” constituye un alivio.
Para muchos otros probablemente, haya sido un primer encuentro con la Madre el Amor, el cual constituye un asombro y una motivación para seguir en la presencia amorosa de Ella. Para otros tantos la oportunidad para acrecentar su amor y relación con nuestra Compañera de camino.
En fin, la invitación para todos es que, miremos constantemente a María, que confiemos en su intercesión santificadora, que sea nuestra compañera de camino, que no falte María en nuestra vida. La verdadera devoción a María, dice el Lumen Gentium, del Concilio Vaticano II, no es la que se limita sólo a actos de piedad (el rosario, Angelus, etc.) sino la que nace de la imitación de las virtudes de la Santísima Virgen María. Que este mes de María haya sido el preludio de una vida acompaña de María. Que el mes de María sea una vida prolongada en su presencia.
Esta cotidianidad Mariana se vivía en los primeros siglos de la Iglesia, la Virgen Santísima es no sólo compañera de camino, sino también fuente de inspiración, lo vemos en las tantas obras hechas en este tiempo, tanto en música, en pintura, en escultura, en poesía, litúrgica, etc.
Como nota cultural, una de las grandes esculturas marianas es “La Piedad” de Miguel Ángel. En ésta se representa a María en el momento que recibe el cuerpo de Cristo después de la Cruz. Una de las bellas características es el rostro joven de la Madre, al preguntársele al autor del por qué, responde que es como una forma de representar a María eternamente virgen, porque las personas que se enamoran de Dios, son eternamente jóvenes. La escultura se encuentra en la capilla del Crucifijo, en la Basílica de San Pedro.
Una manera bella de resumir la vida de María es la interpretación del tema musical “TÚ”, del cantautor peruano Luis Enrique Ascoy.