P. Ranulfo Rojas Bretón
El 19 de septiembre recordábamos que hacía 32 años un poco antes de las 8 de la mañana el suelo se había sacudido, hoy 32 años después, apenas pasaban de las 13 horas y nuevamente el suelo se sacudió. Inmediatamente los comunicadores comenzaron a dar las noticias y los aparatos se llenaron de imágenes de edificios, iglesias, escuelas y muchas casas desplomadas, nuevamente como hace 32 años, la Ciudad de México volvió a sufrir, si bien es cierto que Morelos y Puebla fueron epicentro y que también resultaron dañados, la Ciudad de México se volvió viral. Había mucha destrucción.
Los seguidores de la serie Avengers, (los vengadores) hubiésemos querido que aparecieran, esos súper héroes que se presentan para ayudar en los desastres que suceden en las películas americanas pero, no aparecieron nunca, no vimos al millonario Tony Star convertido en Iron Man, ni a Bruno Díaz convertido en Bat Man, ni a Peter Parkar convertido en Spider Man, ni a Clark Kent convertido en Superman, ni a Thor, ni a la Wonder Woman, no apareció ninguno de los súper héroes de la Liga de la Justicia, sin embargo, de entre las calles aparecieron muchos héroes, hombres, mujeres, niños, jóvenes, adolescentes, todos ellos dispuestos a ayudar y a buscar entre los escombros personas con vida. Hubo rescates impresionantes, tal vez, mucho mejores de los que se hubiesen dado con los súper poderes de los héroes, porque ahí estaban los héroes llenos de polvo y con apenas cubre bocas o sin ellos, algunos con sus solas manos, tal vez dotados de unas palas, de unos picos, de unos cubos para trasportar escombro, ahí entre las nubes de polvo salía gente con corbatas y sacos, gente con vestidos pobres, ahí se mezclaba el pobre y el rico con la sola idea de ayudar y salvar.
México de píe, nuevamente la voluntad popular, nuevamente la unión ante la tragedia volvió a aparecer, hace 32 años surgió esa protección civil que institucionalizada se convierte en burocracia y que obstaculiza la protección de los que son civiles.
En cada rincón del país han aparecido grupos de niños, adolescentes y jóvenes que sumados a la recolección que hacen los adultos, también han querido ayudar. Ahí están ellos que no vivieron la tragedia del 85, pero que ahora que les tocó vivir mientras salían de la escuela o mientras estaban en ella, el terror de ver la tierra moviéndose y las caras aterradas de sus compañeros que no sabían qué hacer, reaccionaron sumándose a los grupos de ayuda.
Sin duda, los nuevos súper héroes son todos esos jóvenes que hoy no hicieron memes de la situación sino que con toda seriedad se han convertido en rescatistas, en paramédicos, en ayudantes en los centros de acopio para separar alimentos, para checar fechas de caducidad, para borrar códigos de barras. Jóvenes y adolescentes que ayudan llevando agua o un poco de comida a los rescatistas que se dedican a ayudar en las brigadas de apoyo. Ellos están aprendiendo que no se necesitan súper poderes, que no se necesita tener máscaras, ni capas, ni equipos de alta tecnología para ayudar, que ellos tienen su corazón grande y sus manos para ofrecerla a quienes sufren. Ellos son los súper héroes que también han sentido miedo, que han llorado y han sufrido pero que han salido de su estupor y de su miedo para extender la mano a quien la necesita. Ellos son nuestros súper héroes mexicanos.