NEXO Y MOTIVACIÓN
Estamos en la parte final de nuestro PDP 2009-2019 y nuestro obispo nos ha convocado a esta asamblea para que en un ambiente de fraternidad, oración y reflexión veamos la mejor manera de terminar esta etapa de pastoral de nuestro caminar diocesano y trazar el camino a seguir en los próximos años.
Nos interpelan 2 realidades presentes: primero, la llegada de nuestro nuevo obispo Mons. Julio César Salcedo Aquino m.j. el 30 de agosto y segundo, la canonización de los niños mártires de Tlaxcala Cristóbal, Antonio y Juan el 15 de octubre. Ambas realidades no pueden ser obviadas en nuestra acción pastoral y si cada año nos reunimos en asamblea –bajo la guía del Espíritu- para evaluar el camino y tomar decisiones respecto a año por venir; este año con los acontecimientos referidos tiene una importancia mayor el reunirnos en asamblea hoy solo de presbíteros con nuestro obispo y sus diáconos.
La llegada de un nuevo obispo, por sí misma, exige un alto en el caminar. Podemos hacer una analogía de un chofer que conduce un autobús – esto lo vi en el ámbito europeo-, en un momento determinado el chofer cumple con sus horas de manejo y en una parada detiene el autobús ydesciende de él, el nuevo chofer sube y comienza a manejar, el autobús seguirá adelante yseguramente el chofer tendrá “su propio estilo de manejar”, tal vez acelerará bruscamente o demanera suave, tal vez cambiará la música y hará modificaciones en el estilo pero no cambiará la
ruta.
Tenemos un plan que tomó como base los principios doctrinales del documento de Aparecida y se ha ido enriqueciendo del caminar de nuestra Iglesia; la llegada del Papa Francisco y su magisterio ha significado un impulso doctrinal a nuestro modo de hacer pastoral. Expresiones como “Iglesia en salida”, “pastores con olor a oveja”, neologismos como “primerear”, “misericordiar”, actitudes de cercanía, de tocar la carne de Cristo. Además vivimos el año extraordinario de la misericordia que nos impulsó a vivir el modelo del Padre “misericordes sicut Pater” se cerró la puerta de la misericordia, pero no se ha cerrado la misericordia, ésta debe seguir. En fin, son tantas cosas las que han fortalecido la doctrina de nuestro PDP.
Optamos por un método, el método de Planeación Estratégica, que si bien es exigente y tiene mucho rigor, no llegamos a aplicarla con toda la exactitud pedida, sin embargo, nos ha servido para entender la necesidad de acciones bien definidas con indicadores que nos señalen el camino.
Tenemos Misión, Visión, objetivos de área, estructuras, acciones de cada uno de los objetivos.
Los acontecimientos señalados, especialmente la canonización de los niños mártires, por tratarse de un parteaguas en nuestra historia, aunada a la llegada de nuestro obispo no puede dejarnos en las mismas condiciones y circunstancias en que nos encontrábamos. Con la canonización de los niños mártires tlaxcaltecas recibimos un “gran regalo” y con ello gracias y bendiciones abundantes y por ello, debemos ser conscientes que “a quien mucho se le da, mucho se le exige”. Nos gloriamos de ser la primera Diócesis de México, “cuna de la evangelización”, de haber colaborado en la civilización y colonización de gran parte de nuestro país, de tener raíces tlaxcaltecas regadas por muchas tierras, pero en nuestra etapa moderna no nos hemos quitado los estigmas de ser uno de los Estados más pequeños de la República y de tener una importancia menor respecto a los Estados con un desarrollo importante como el Estado de México, Veracruz, la misma Puebla que en 1530 construimos. Como Iglesia nuestra Diócesis es apenas reconocida y para muchos fue sorpresa escuchar de la “canonización de niños mártires de Tlaxcala” ¿Dónde es Tlaxcala y quiénes son esos niños? Era una pregunta que surgió en el mundo católico.
Tener a los primeros mártires de América, implica una gran responsabilidad y no debemos temer a aceptarla, más aún, hoy tenemos que compartir con alegría al mundo un nuevo impulso evangelizador. La verdad es que el Papa Francisco tomó la Causa con gran cariño y por deseo expreso del Papa se logró que se dieran muchas ventajas que posibilitaron la canonización. En este cariño del Papa debemos ver la presencia de Dios que hace ver en “Pedro” la importancia del martirio de estos niños como “motor de Nueva Evangelización” y eso para nosotros se convierte en una gran responsabilidad que debe alegrarnos. Debemos evangelizar llevando como bandera el testimonio de Audacia, Valentía y Generosidad de nuestros paisanos los niños Cristóbal, Antonio y Juan.
ESPÍRITU DE SINODALIDAD
Hoy es común escuchar en el magisterio del Papa Francisco el concepto “sinodalidad”, hoy nuestro obispo nos convoca a reunirnos en espíritu de sinodalidad, pero ¿Qué es sinodalidad y cómo entenderla? Etimológicamente sabemos que sinodalidad significa caminar juntos y el espíritu de sinodalidad es ese impulso que brota del Espíritu Santo para entendernos como compañeros de camino. Tener clara conciencia de que “en el camino” caminamos juntos y por ello, lo que nos pasa, nos pasa a todos y si tomamos decisiones las tomamos todos. Es obvio que en el camino las responsabilidades son diferentes pues dependen de “genio” y “capacidad artesanal” de cada persona –utilizo términos del Papa Francisco- la sinodalidad es una “obra artesanal” que requiere la participación comprometida de todos. No se trata de copiar un modelo, la artesanía es una creación propia de un pueblo, de una persona.
En la sinodalidad los servicios y ministerios son fundamentales, cada uno hace lo que tiene que hacer porque solo la acción ordenada produce la obra artística.
Hoy estamos en este espíritu de sinodalidad y debemos creer que es Dios quien nos ha convocado por medio de la voz de nuestro obispo y el éxito de esta asamblea depende de todos y de cada uno de nosotros. No tengamos miedo porque no estamos solos y no caminamos solos. El espíritu de Dios que hoy nos convoca nos irá dando las pautas para responder a lo que hoy Dios quiere de nosotros para el servicio del pueblo que durante estos días se privará de nuestra presencia y sufrirá un poco por nuestra ausencia, bueno igual y también descansará de nosotros. ¡Muchas gracias!
P. Ranulfo Rojas Bretón