Pbro. Ranulfo Rojas Bretón
Jesús es contundente en su afirmación pero muy realista. La división debilita y eso todos lo conocemos y lo reconocemos. El recuerdo de la primaria me llega; la maestra tomaba un palito y lo rompía con facilidad y decía : “un palito solo es muy frágil, pero si juntamos cuarenta palitos entonces no será fácil romperlos”. Vean como “la unión hace la fuerza”. Por otro lado “divide y vencerás”.
Jesús en su enseñanza insiste en la unidad y es necesario acotar que unidad no es uniformidad. Se puede tener diversidad de opiniones y puntos de vista encontrados pero eso no justificaría romper la unidad. La unidad parte de la convicción de que todos vamos en el mismo barco. Es el fundamento llamado “solidaridad”. Es la convicción de “lo sólido” lo compacto, lo que no se rompe fácilmente. Tal vez, la mejor analogía que se puede proponer es “el barco”, es decir, la convicción de que todos vamos en el mismo barco y vamos hacia el mismo fin. Entonces la suerte de cada uno, es la de todos. Si yo llego a puerto todos llegamos y por eso, la unidad de criterios es fundamental. Nadie piensa en ir para el norte cuando otros van para el sur, o el oriente o el poniente. Por razón de seguridad de cada uno, todos hay que ir en la misma dirección. Así pues la unidad fortalece la seguridad.
Lamentablemente, las diferencias, pensamos, que nos hacen enemigos. Un ejemplo podría darlo el fútbol en el que cada equipo ve a su contrario como adversario pero no como enemigo. La idea es ganarle con fair play o sea respeto a las reglas, pero una vez terminado el partidos, todos tan amigos como siempre. La diversidad es necesaria y ayuda al crecimiento, la idea de división como enemigos lleva a la ruina.
En el ámbito político debiera tomarse en cuenta los beneficios de la diversidad. Qué bueno que cada uno tenga sus preferencias políticas y que vote por quien más crea que es el mejor. Pero una elección no es la guerra, una elección no tiene por qué enemistarnos. El primero de julio podremos ir a votar y regresar a casa y comer con los demás miembros de la familia conscientes de que cada uno votó por alguien pero se mantuvo la unidad. Esto sería una gran forma de madurez democrática y política.
La sociedad unida es menos vulnerable, la sociedad fracturada y a veces fanatizada es un gran riesgo para el crecimiento y desarrollo de la comunidad.
Cada uno debe preguntarse ¿Soy constructor de unidad o genero división? Uno puede responderse si reflexiona sobre sus modos de relación con los demás en temas como la política, el deporte o la religión. Puede ver si acepta con facilidad a quienes no comparten su idea política, si es amigo de otras personas con diferente filiación partidista. Lo mismo puede pasar en el ámbito deportivo o en el ambiente religioso.
Es muy importante entender lo que Jesús nos enseña : “todo reino dividido internamente va a la ruina. Lo mismo una familia dividida perece”.