Sem. Alejandro Delgado
“Internet” palabra que resuena muy a menudo entre personas, principalmente entre adolescentes y jóvenes. A esta se asocian las palabras “Wi-Fi” o “¿tienes señal?”. Es curioso como este medio de comunicación e información social ha crecido enormemente en los últimos años. Su uso es muy frecuente. Incluso se está volviendo poco común el decir “voy al internet” o “al ciber” puesto que desde un celular puedes “conectarte a la red” y ¡listo!, toda la información y comunicación disponible a tu alcance (claro, hasta donde alcance cobertura).
Este año se cumplen veinticinco años de Internet, producto de una serie de investigaciones sobre conmutación de paquetes y tecnologías relacionadas, inquietud que al paso del tiempo fue creciendo hasta concretarse. Es así como surge la formación de Internet Society en 1991, bajo los auspicios de la Corporation for National Research Initiatives de R.E. Kahn y V.G. Cerf.
Fue hasta 1995, que el Consejo Federal de Redes define propiamente, la definición del término Internet que hace referencia al “sistema de información global que: está enlazado lógicamente a un espacio global de direcciones únicas… puede soportar la comunicación… y provee, usa o da accesibilidad, ya sea de manera pública o privada, a servicios de alto nivel superpuestos en las comunicaciones y las infraestructuras relacionadas ya descritas”.
Es de admirar como a través de este medio intercambias y comunicas información en cuestión de segundos y no solo eso, sino que se tiene la oportunidad de comunicarse con otros que viven lejos, intercambiar recuerdos, pensamientos, deseos. Parece que las distancias se acortan, que la relación entre un lugar y otro es más estrecha. Una tarea, un concepto se busca en Google y se tiene a la mano. Se perciben las promociones o el producto que se ofrece de una tienda departamental, la comida de restaurant, incluso puedes apartar un boleto de avión o de un partido de futbol. Ofrece a su vez, la oportunidad de ser autodidacta con las llamadas tutorías que ofrecen aquellos que suben videos de cómo realizar una manualidad, tocar un instrumento, dirigir un grupo ¡realizar tu propio programa donde das “consejos”! Pero no todo es agradable, bueno y honesto en este medio. Vemos como algunas páginas de internet se prestan para un mal uso. Es un canal por el cual es fácil difundir la pornografía, utilizar este medio para acosar una persona, amenazarla, realizar estafas. Prolifera mucha información sin fundamento, de carácter ofensivo. Hay una tendencia al relativismo.
Su abuso es notorio. Se percibe una alienación: más que hacer a la persona más comunicada, la vuelve incomunicada. Esto lo notamos a menudo cuando nos sentamos a la mesa a comer. Todos los convidados (o en su mayoría), por tener fácil acceso al internet, comen pero con el celular en la mano. Entonces ya no hay comunicación, encuentro e intercambio de vivencias. Ya no nos permite descubrir al otro y conocerlo de verdad. Vamos creando una burbuja donde solo existe lo que el internet me ofrece a través del celular y “yo”. Bien dice el Papa Francisco “estos recurso alejan en lugar de acercar… “(AL n.278), Al respecto Inter Mirifica nos dice que es “necesario… que todos los interesados en la utilización de estos medios de comunicación se formen recta conciencia sobre tal uso… (IM n. 5)”. Ahí está la clave. Hacer buen uso de este medio trae cosas positivas. Todo depende de cómo y para que lo utilices atendiendo al orden moral. Claro, esto parte de la formación de la conciencia que inicia en el hogar, de la educación que se haya recibido por parte de los tutores y el entorno en el que la persona humana se desenvuelve.
Forjemos una sana relación con este medio, y no hagamos del internet algo del cual dependamos y sostenga nuestra vida sino más bien, orientar su uso, aprovechar las cosas buenas que nos ofrece y sobre todo, abrirnos a aquellos que nos rodean para no quedar incomunicados con nuestros semejantes, dando su tiempo a cada cosa.