P. Ranulfo Rojas Bretón
¿Has pensado si le debes algo a los demás por el simple hecho de existir con ellos? En los mitos platónicos es célebre el mito de Prometeo y Epimeteo donde aparece como un regalo de los dioses la “politeia” o naturaleza social, Aristóteles dice que: el hombre es un animal político, que necesita de la sociedad para ser hombre, “si no necesitara de la sociedad sería o superior a ella y entonces sería un dios o inferior a ella y entonces sería una bestia”, el hombre solo es hombre en sociedad.
El pensamiento cristiano marcado por el amor al prójimo también habla de un deber o deuda para con los demás. San Pablo es muy claro al decir: “no tengan con nadie otra deuda que la del amor mutuo, porque el que ama al prójimo, ha cumplido ya toda la ley. En efecto, los mandamientos que ordenan: “no cometerás adulterio, no robarás, no matarás, no darás falso testimonio, no codiciarás”, y todos los otros se resumen en éste: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, pues quien ama a su prójimo no le causa daño a nadie. Así pues, cumplir perfectamente la ley consiste en amar”.
El que ama no daña, ni al medio ambiente, ni los bienes de los demás, ni sus valores. Esto es muy importante porque en este mes que nos sale el orgullo patrio por todos lados, que colocamos banderitas tricolores en coches, negocios, fachadas, que ponemos música de mariachi y que exaltamos los valores patrios, debemos pensar si eso es valor mexicano o si estamos muy limitados en ello. El valor mexicano y orgullo patrio debiera hacernos más sensibles por los demás; debiera hacernos sentir responsables de la suerte de cada uno de los que nos sentimos mexicanos, especialmente de los que están sufriendo.
Ante los fenómenos naturales como el sismo y los huracanes, valdría la pena preguntarnos ¿Qué hemos hecho por quienes perdieron sus casas y muchos de sus bienes?, ¿por quienes perdieron familiares y ahora siguen sufriendo los efectos por la carencia de alimentos y artículos de primera necesidad? Es escandaloso el saber que un trailer que llevaba víveres para los damnificados y volcó en carretera fuera materialmente saqueado. ¿Cuál es ese amor patrio o dónde está ese orgullo mexicano y amor por nuestros hermanos mexicanos que tanto presumimos?
Si hoy Dios nos hiciera la pregunta que le hizo a Caín después de asesinar a su hermano Abel. Caín, Caín ¿Dónde está tu hermano?, seguro que le contestaríamos de la misma manera; “¿soy yo acaso el guardián de mi hermano?”. Efectivamente, hoy nos hemos desentendido de nuestros hermanos y hemos dejado a su suerte a todos. Si alguien falla lo dejamos en su error, no nos interesamos por su corrección o por su salvación. Si están asaltando a alguien, pasamos de largo o volteamos hacia otro lado para intentar no ver lo que sucede.
La indiferencia y el descarte son expresiones de algo lamentable: Se llama Desamor. No amamos a la naturaleza y no nos interesa su conservación por eso tenemos un medio ambiente destruido; no amamos a nuestra tierra, a nuestra ciudad y entonces no nos importa su deterioro o su destrucción. Por ese desamor los parques están en la situación que están, por eso hay basura que tiramos en las calles y carreteras, porque no amamos nuestras carreteras, nuestras calles, nuestros parques.
Recuperemos los valores del auténtico orgullo mexicano.