P. Ranulfo Rojas Bretón
El título si bien tiene que ver con un tema de mucha actualidad, en realidad no me voy a referirmucho a las conveniencias de uno y otro y la razón es que desconozco la viabilidad de uno y otro.
De hecho ni siquiera sé con exactitud dónde está ubicado el de Santa Lucía y lo más que sé es que se trata de un aeropuerto militar. Respecto al de Texcoco, parece que está envuelto en situaciones complejas marcadas por señalamientos de corrupción.
Una de las notas características entorno al aeropuerto es la confrontación, en aquel tiempo de uno de los líderes opositores más importantes de los últimos tiempos hoy presidente Electo, por tanto, contemplamos el enfrentamiento entre el gobierno saliente y el gobierno entrante. Un gobierno que de hecho está ya actuando como si ya ejerciera. Aún faltan más 30 días para que López Obrador sea presidente de la República pero su actuar desde que se conoció su triunfo del primero de julio es de alguien ya presidente.
El método de consulta, algo nada nuevo y una práctica muy utilizada por López Obrador desde que era Jefe de Gobierno, vuelve a ser utilizada para que la gente diga si prefiere el aeropuerto en Texcoco o habilitar el de Santa Lucía. Esta consulta es el enfrentamiento entre dos puntos de vista totalmente opuestos pero con consecuencias de impacto. Respecto al aeropuerto de Santa Lucía, ¿me pregunto si al tratarse de un aeropuerto militar, los militares no tendrán “inconveniente” en dejar ese espacio y salirse de Santa Lucía? Supongo que eso implicaría la construcción de otro aeropuerto militar en alguna otra parte, también estratégica como supongo lo es el de Santa Lucía.
Parece según leo, existe la propuesta de que se mantenga funcionando el aeropuerto Benito Juárez y simultáneamente o coordinados opere también el de Santa Lucía, lo que supondría una estructura paralela de torre de control, mantenimiento etc., de dos aeropuertos, con el consecuente encarecimiento de sus tarifas por la duplicidad de funciones. Según he leído se establecería una vialidad que comunicará ambos aeropuertos para transferencia de pasajeros que van a distintos destinos, cosa que se presenta también como problema. También he leído que habría una posibilidad de que Santa Lucía cumpliera las dos funciones, una como aeropuerto civil y comercial y otra como aeropuerto militar, algo que no sé si sea posible o no.
Me pregunto incluso, porque no ha habido pronunciamientos del ejército, ¿Qué pasa si al final ellos deciden que no aceptan dejar ese aeropuerto o que no aceptan compartir funciones de aeropuerto civil? No sé qué tan posible y real sea la obediencia del ejército al Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas como lo es el Presidente de México o cuál sería el costo político e incluso económico de una decisión de este tipo.
Respecto al de Texcoco, no tengo ni idea de que avance lleve, de cuánto ya se haya gastado y sobre todo de los compromisos económicos transexenales ya ejecutados y lo que se tendría que pagar por incumplimiento de contratos. Digo no sé cuál sea las situación legal y económica, solo sé, por lo que publican los medios y por la misma lógica administrativa que a estas horas debe haber ya varios compromisos y que tal vez los efectos sean también de alto impacto por incumplimiento de contratos. Según afirman se trata de una “batalla” entre el pueblo y quienes no son pueblo, o sea los grandes inversionistas que quieren apoderarse del gran pastel que significa el
aeropuerto. Lo cierto es que espero que al final se tomen las decisiones correctas que realmente beneficien a México, sea Santa Lucía o Texcoco no debe dejarnos el sabor de que quien pague los platos rotos sea el pueblo y que sea como consecuencia de un choque de egos.