EL DIÁCONO PERMANENTE

Pbro. Lic. Netzahualcóyotl H. Xochitiotzin Ortega.

El diaconado permanente

El Catecismo de la Iglesia Católica en su párrafo1571 enseña: “Desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia latina ha restablecido el diaconado “como un grado propio y permanente dentro de la jerarquía”, mientras que las Iglesias de Oriente lo habían mantenido siempre. Este diaconado permanente, que puede ser conferido a hombres casados, constituye un enriquecimiento importante para la misión de la Iglesia. En efecto, es apropiado y útil que hombres que realizan en la Iglesia un ministerio verdaderamente diaconal, ya en la vida litúrgica y pastoral, ya en las obras sociales y caritativas…” Es muy hermoso el contenido de la oración que realiza el obispo para la consagración del diácono:

…En los comienzos de la Iglesia, los apóstoles de tu Hijo, movidos por el Espíritu Santo, eligieron, como auxiliares suyos en el ministerio cotidiano, a siete varones acreditados ante el pueblo, a quienes, orando e imponiéndoles las manos, les confiaron el cuidado de los pobres, a fin de poder ellos entregarse con mayor empeño a la oración y a la predicación de la palabra.

Te suplicamos, Señor, que atiendas propicio a estos tus siervos, a quienes consagramos humildemente para el orden del diaconado y el servicio de tu altar ENVÍA SOBRE ELLOS, SEÑOR, EL ESPÍRITU SANTO, PARA QUE, FORTALECIDOS CON TU GRACIA DE LOS SIETE DONES, DESEMPEÑEN CON FIDELIDAD EL MINISTERIO.

Que resplandezca en ellos un estilo de vida evangélica, un amor sincero, solicitud por pobres y enfermos, una autoridad discreta, una pureza sin tacha y una observancia de sus obligaciones espirituales.

Que tus mandamientos, Señor, se vean reflejados en sus costumbres, y que el ejemplo de su vida suscite la imitación del pueblo santo; que, manifestando el testimonio de su buena conciencia, perseveren firmes y constantes con Cristo, de forma que, imitando en la tierra a tu Hijo, que no vino a ser servido sino a servir, merezcan reinar con él en el cielo…

¿Quiénes pueden ser consagrados como diáconos permanentes?

Hombres maduros que han experimentado el llamado de Dios para servirlo en la comunidad de los fieles, tanto solteros como casados. Deberán solicitar, aceptar vivir todo el proceso de formación para cumplir de la manera más adecuada su misión. Son varios años de formación para clarificar, alimentar y fortalecer su vida cristiana en todos los aspectos: humano, social, de servicio a la comunidad y de tipo intelectual. La misión y el estilo de vida que tendrán serán de por vida. Existen indicaciones y normas precisas, tanto a nivel internacional, como a nivel nacional, para la formación de los candidatos y requisitos para que sean aceptados. Después de su proceso formativo y de hacer su solicitud para acceder al orden del diaconado y en caso de ser aceptados el obispo realiza la celebración litúrgica correspondiente.

Diáconos casados

Para los hombres casados es fundamental la actitud de la esposa ante esta realidad, pues se trata de un estilo de vida permanente. Sus actividades involucrarán a la persona de su marido de manera significativa en todo momento y tendrá consecuencias muy significativas en el estilo de vida cotidiano de la pareja y de la familia. Por ello, para ser aceptado como candidato al diaconado permanente e iniciar su proceso formativo se necesita la aprobación por escrito de su esposa.

Su sostén económico

El diácono permanente generalmente se sostiene económicamente por su profesión y ofrecerá su servicio a la comunidad cristiana en sus horarios disponibles. Solamente en el caso que el obispo indique que el diácono permanente ejerza su servicio a tiempo completo será cuando se proveerá de otra manera a su sostenimiento.

Aspecto afectivo

Quien recibe el diaconado permanente siendo soltero, permanecerá soltero y el diácono permanente casado, en el caso de enviudar, continuará soltero.

Elevemos nuestras oraciones por las vocaciones consagradas.